Tras más de 20 años de espera, el megaproyecto inmobiliario previsto para la ciudad de Madrid, conocido como Operación Chamartín, comienza a dar sus primeros pasos. El pleno del Ayuntamiento madrileño aprobó ayer de forma definitiva el Plan Parcial de Reforma Interior del Área de Prolongación de la Castellana (así se conoce oficialmente a la operación) tras emitir la Comunidad de Madrid un informe favorable sobre el impacto mediambiental de la obra que constituirá la mayor transformación urbana jamás hecha en España.
Cambiar el skyline de Madrid para siempre tendrá un coste aproximado de 11.000 millones de euros, de los que más o menos la mitad serán fruto de la inversión privada. El proyecto estará coronado por el mayor rascacielos que albergará la capital de España. Un edificio de 60 pisos al que le acompañarán otros 14 edificios de más de 25 plantas destinados a oficinas y concentrados en los extremos sur y norte del terreno. Y en el centro, se situarán una decena de torres de 15 o 20 pisos para viviendas.
El proyecto, también conocido como la prolongación de la Castellana, permitirá unir con el eje financiero de la capital los barrios localizados en la periferia de Madrid que, gracias a la citada reforma de la Estación de Chamartín, estarán conectados en apenas minutos con elAVE, con el nuevo túnel que se construirá entre las estaciones de Atocha y Chamartín , y con la moderna T4 del aeropuerto de Barajas.
En 2027, cuando está planeado que concluya la metamorfosis de la capital, la prolongación de la Castellana albergará 20.000 nuevas viviendas, 4.000 de las cuales serán protegidas (el 64 por ciento será promovido por el Ayuntamiento y el restante por la Comunidad), 1,2 millones de metros cuadrados de oficinas y 165.000 metros cuadrados de zonas comerciales, la misma superficie que se destinará a hoteles.
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